EL BESO Y LAS CUATRO PES

David D. Coleman, autotitulado experto en besos y autor de libros al respecto, señala que "muchos hombres son demasiado agresivos, ásperos, precipitados e incultos cuando besan. No conocen las cuatro pes : PACIENCIA, PASIÓN, PARSIMONIA Y PRESIÓN ADECUADA, por lo que dejan pasar gran parte del placer. Además, ponen demasiado énfasis en el beso francés (con lengua incluida), y se lanzan a él con demasiada rapidez.
Los auténticos expertos son más sofisticados, y procuran no distraer la atención de su pareja o dar, burdamente, la impresión de que el beso es una formalidad para llegar a algo más". Otros pecados, según Coleman, son "tener un aliento atroz y, desde el principio, sincronizar el beso con otras maniobras de excitación demasiado bruscas".
Hay que reconocer que un poco torpes sí somos para seguir necesitando tanto consejo sobre tan antigua actividad. Aunque no sea tan vieja como el hombre, en contra de la creencia general. Al menos, no hay una sola representación del beso en las cavernas prehistóricas y ningún beso aparece en las manifestaciones del arte sumerio, mesopotámico ni egipcio.
Aunque parezca raro, quizá sean los judíos los inventores del beso erótico tal como lo conocemos ya que, hasta donde sabemos, la Biblia es el primer libro que lo describe perfectamente, con 40 alusiones sólo en el Antiguo Testamento. "Que me bese con besos de su boca. Tus labios, ¡oh esposa!, destilan miel virgen. Bajo tu lengua se esconden la miel y la leche...", se lee en el Cantar de los Cantares, que incluye bellísimas citas sobre el beso entre hombre y mujer.
Por su parte, los griegos fueron los primeros en hablar del beso homosexual. De hecho, a algunos buenos besadores llegaron a atribuirles poderes inauditos.
En concreto, durante un beso se ponen en acción más de 30 músculos faciales. "Los labios, el interior de la boca y la lengua son de las zonas más exquisitamente sensibles del cuerpo humano", dicen en el Instituto Kinsey para la Investigación sobre la Sexualidad.
"Cinco de los doce nervios craneales que afectan a las funciones cerebrales intervienen en el beso erótico y debido a las conexiones neuronales de labios, lengua y mejilla con el cerebro, un beso permite detectar en la otra persona muchos datos, entre ellos la temperatura, el gusto y el olor, entre otros datos muy interesantes.

3 comentarios:

Mon Feijóo dijo...

los besos son fantásticos... ternura, cariño, suavidad, humedad, sensualidad... Son un componente esencial en el abanico de las sensaciones.

bonito artículo y bastante cierto en cuanto a la manera de besar de "muchos" (que no todos) chicos

Saludos!!!

Mon.

Anónimo dijo...

Puesssss..yo en realidad me quedo mas,con la sensacion q me deja.q con la tecnica empleada.la torpeza es una cualidad humana..por lo tanto...paciencia,
no he sentido mas pasion o menos...por un gran besador..la he sentido por quien me la ha inspirado.
ha habido,quien ha depertado determinadas sensaciones en mi.sin ninguna maestria amorosa..y grandes especialistas me han dejado fria..por lo tanto...

Anónimo dijo...

los besos y sus múltiples formas de darlos, entregarlos o regalarlos te diría..... que hay besos atornillados y con su tuerca y todo, besos robados, esos saben bien por lo sorprendente del atrevemiento. Besos atropellados y dolorosos que suelen inundar los funerales o entierros, besos inocentes y tiernos, como los de los niños. Besos doloroso como los de la violaciones. Besos con Master, vamos que parece que el tipo después de besarte, pretenda subirse a un podium y que le pongas la medalla de oro por saber besar, porque lo mismo ni besa tan bien.
Pero los besos mejores son los que salen del alma, del corazón y de una pasión real y sincera, besos cálidos, lenguas expertas en abrazarse y hacer que vibre el resto del cuerpo, besos que son cómplices y juguetones, esos SON LOS MEJORES!

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