¿TUPPERQUÉ? TUPPERSEX (3)

Suerte que me he podido arreglar lo de Fernandito con Fefi, es un sol. No le he dicho que iba a un Tuppersex, vergüenzas ridículas de hermana mayor, ya ves tú, para mí que en tema de sexo me debe pegar treinta mil vueltas pero me da cosa. Le he soltado que Julia nos iba a enseñar las reformas que había hecho en su piso y nos había invitado a una merienda-cena. A ella como si me tiro en paracaídas en medio del Amazonas. Le he dejado yo preparado un pica pica porque había quedado a echar unas partiditas en la play con su amigo pijo. Esta parejita me va a enviciar al niño en las maquinitas y me lo van a convertir en un ludópata de los que luego no tiene más que marcianitos en los ojos.
En el coche Pepa hay un ambientillo espectacular. A Teresa le hemos adjudicado el asiento delantero por unanimidad. Con noventa kilos que pesa como para compartir parte trasera del vehículo. La conozco del salón de belleza de mi cuñada, hemos coincidido un par o tres de veces. Suficiente. Lo de esta mujer es de juzgado de guardia, tiene un olor corporal que mezclado con un sucedáneo de pachuli barato que ha descargado por sus carnes a litros es capaz de cargarse un regimiento de bisontes africanos. ¡¡Qué pestazo!! ¡¡Por Dios, los apóstoles y los santos!!! Cada vez que se gira para decirnos algo agita las carnes y se eleva un tufillo que no soportamos ni con las cuatro ventanillas abiertas de par en par. Menos mal que el recorrido es corto, pero si hubiese que ir con esta mujer muy lejos había que ponerse mascarilla antigas o fumigarla de arriba abajo.
Qué buenas son las madres carmelitas...que buenas son que nos llevan de excursión. La voz cantante es Julia. Está en el asiento del medio, sí, ese que se jinca en el culilllo y aunque tiene que estar superincómoda no se calla ni debajo de agua. Venga menearse y canturrear como una colegiala. Me veo que luego siguen carraclá y la de los huevos de Mahoma. La cosa es que fluyan los sentimientos, ole sus cojones y los de la psicóloga asertiva, por no reprimirlos me tiene el tímpano y el cerebro escogorziaos. ¡¡Viva Freud y la madre que lo parió!!
A la izquierda de Julia está Rosa que no para de hablar con su madre por teléfono. Creo que podría tirarlo, con los vocinazos que está pegando la debe estar escuchando medio planeta. Su madre está sorda como una tapia, pero la sinhueso la tiene muy bien porque le está pegando un rapapolvo de los que hacen historia. Que sí, mama, que me olvidé el martes. Las recetas, sí, ya te las iré a buscar mañana. Que sí, que volveré a pedir hora en el ambulatorio para la doctora Carrillo. Que no, que no quiero que te mueras. Que no quiero....¡¡¡que no quiero!!!¡¡¡que te digo que no quiero que te mueras!!! ¡que no! ¡¡morirse, no!! Me mirá desesperá. Parece que su madre se le ha desconectado el sonotone y se ha creído que decía que quería que se muriese. ¿Cómo nos volvemos con la edad? Espero que antes me coja un tren.. Puri eres más burra que una estera.
Si eres conductor de primera acelera, acelera...si eres conductora de segunda, toma curva, toma curva... Me mira Pepa con cara de desesperación. Como responsable de recursos humanos no me ganaba yo la vida, ni preparando castings, vaya fichaje el de la Julita libertaria. Empiezo a temblar de pensar el espectáculo en casa de Encarna.
En el coche de la Pepa el viajar es un placer, en el coche de la Pepa nos iremos a pasear...Vamos al tuppersexo, sí, sí, sí....en un coche nuevo...pero no me importa...porque me compraré un tanga. ¿Ande tendrá el tubo de las pastillitas milagrosas? O se lo quito rápido o nos da la noche.
Rosa está pocha, normal, sabe que la madre le va a pegar un broncazo al día siguiente. Todo lo que no habla Rosa lo habla Teresa. Se ha empeñado en explicarnos la pérdida de su virginidad. A mí la escena me produce náuseas. Ella insiste en que de joven tenía un tipito muy arreglao...pero que muy arreglao. ¿85 kilikos? ¿84? Un verano, cuando ella tenía veinticinco primaveras. Sonrisas generalizadas. ¿Qué pasa? Mi padre era monaguillo. Más risas y más cachondeito. ¿Cómo iba a follar si mi padre me mandaba confesar cada día con don Pancracio? Risas contenidas. ¡¡Era pecado!! Yo era muy infantil. Espatarre general. ¿Lo explico o no le explico? Mira, ahora me ha entrado curiosidad, antes me sudaba un huevo pero ahora...tiene su morbo. Después del baile de la fiesta mayor del pueblo de mis padres, se arrambó un tal Genaro...joder, qué nombre más sexi le suelta la Paca. Era un zagal bien plantado, pero más bestia que un arado. Me llevó para la era y cuando me descuidé me había arrancado las bragas de un tirón. Silbidos, chillidos de pavor, gritos descontrolados de pasión. Cachondeo en estado puro. Teresa que se crece. Y se puso encima mío y venga y venga y venga.... Sigue la algarabía en el coche. Queremos detalles. Que no sentía yo nada. Que me habían dicho que la primera vez....que dolía y yo que no sentía nada. Que le había visto la pilila de refilón cuando se bajó los pantalones y tenía una tranca bien conformá. Pero cómo era eso. Expectación general. A Teresa que le entra la tos y que no puede continuar. Hasta Julia ha dejado de cantar. Pero no sé qué es peor, le suelta ni corta ni perezosa que si es frígida. Teresa que le responde que su puta madre. Julia que se queda blanca y le responde que es una mal educada y Teresa que le suelta un bofetón y un bofetón de Teresa no es moco de pavo. Joder, Paca que se le ha subido la adrenalina pega un frenazo que un poco más y sacamos las cinco cabecitas por el cristal de adelante.

- Basta ya, cojones, basta ya. ¿Creéis que yo puedo conducir con esta tensión? Ya sois mayorcitas. A la primera que me desconcentre la bajo del coche como que me llamo Pepa. Joder, se acabaron las tonterías.

El manicomio con ruedas se convierte en un velatorio. Julia ahora lloriquea. Peligro. Como le pegue el bajón, malo, muy malo. Más insoportable que antes. El olor de Teresa ha subido de intensidad, será que el disgusto aumenta la producción sudorípara y la mezcla ya es un coctel molotov que como se entere Bin Laden... Menos mal que llegamos a destino.

-Teresa, ¿qué es lo que pasó?-la que pregunta es Rosita que es cotilla como ella sola. No sé porque la acuso porque yo me muero de ganas de saber la respuesta.
-No quiero hablar, que luego la peña desfasa.
-Venga, mujer...-suplico aunque le hago saber que es una cosa que quedará entre las tres.
-No la metió...
- ¿Cómo?- pregunta sorprendida Rosa.
- Que estaba haciendo flexiones como un capullo para nada. Era un pueblerino inexperto con una mujer virgen primeriza y tontorrona, total el tío no acertó con el agujero.
- Joder, joder, joder....
- Ya me hubiese gustado a mí...¿sabéis lo peor?
- Pero...¿hay algo peor todavía?- Rosita y su maldita sinceridad.
- Que se había corrido como un inútil entre mis nalgas y yo como quien oye llover.
- Normal. Las ingles no son el punto G- le digo intentando quitar hierro al asunto.
- Luego el tío quiso enmendar el error...peor todavía...la tenía blanda y por mucho que intentaba que aquello no entraba...
- ¿Vaya escenita, no?- le suelta Rosa para animarla.
- Pues sí...lo que pasa que el cabrón al final de tanto empujar...pues lo que tenía que pasar...
- Que la espichó y además te dejó a ti a dos velitas....- Rosa sentenció.

No sé, supongo que será el viajecito accidentado. Las cancioncitas agilipollás de Julia, el manotazo de Teresa, la escenita pornopueblerina , no sé, o todo a la vez. La cosa es que tengo la libido un poco destensá. Por cumplir con Pepa pero de buena gana que me iba para casa.

-Subid, subid, os estaba esperando- es la voz de Encarna que nos habla alborozada por el interfono mientras suena el ruidicillo que indica que se abre la puerta de la escalera.

Esperaremos que Murphy y sus puñeteras leyes no se cumplan.