¡¡¡ANESTESIA , POR FAVOR!!!! escrito por EVAASECAS


Hoy me apetece contar algo. Bueno, tiene su razon de ser. Mañana hará once años que nació mi hijo pequeño. Javier.
Me dio bastante guerra sobre todo ese ultimo mes. Problemas con la tensión, un rollo que, por lo visto me podia haber mandado al otro barrio, “preclampsia” creo que le llaman. Pero como la tensión alta era asintomática y tenía una enana en casa de 20 meses, pues no pude hacer el reposo que me mandaron. Eso sí, me daban unas pastillas que me las tenía que tomar tumbada porque me quedaba grogui en el acto. Luego iba Javi, me ponía de lado con las piernitas un poco levantadas, y un cojín entre ellas, y ala! A dormir como una cria horas.
El caso es que dos dias antes de nacer Javier, empezaron las contracciones. Fueron fuertes de
sde el principio, pero no demasiado seguidas. Así que, con la experiencia de haber tenido ya un parto, no me alteré y me quedé en casa haciendo vida “normal”. Con mis pastillas y mis contracciones.
El dia 5, el padre de la criatura andaba de turno de tarde. Y yo esperándole como agua de mayo, porque aquello era ya insoportable, no tanto el dolor como el cansancio, llevaba dos dias así, agarrándome fuerte a algo cuando venía la contracción, y mejor no hablemos de cuando me despertaba si es que lograba dormir algo.
Llegó de trabajar, le puse la cena,recogí la cocina, agarré la bolsa que tenia preparada desde hacia, yo creo que un mes, jajajaja, y marchamos para allá, de excursió
n al hospital a pasar unos dias en el hotel a gastos pagados.
El celador nos acompaña a partos. Lo primero que me dice la matrona sin haber llegado a entrar aun del todo, fue: “uyyyy hija, vienes muy verde”. (Joder, me ha tocado de matrona a Paco Porras, esta me adivina el futuro???? Ya ves que animos. Pero eso no acaba ahí, aunque yo, mentalmente, tomé nota, y me dije….”te vas a cagar”. Se la juré. Y yo tan feliz.
Con mis contracciones y mi bolsa, a las taquillas, a ponerme guapa, porque claro hay que ponerse el uniforme. Un camisón horroroso que no tiene ni botones, ni nada, solo una cinta para atarlo a la altura del cuello.Si no andas lista en ese momento se te va la autoestima a tomar por saco. Pero yo me voy a la ducha tan tiesa que parezco una modelo. Aunque las humillaciones aun no han acabado por hoy…..Después de la ducha pertinente, toca… rasurarse.
Joer, esa
costumbre del siglo pasado, no se si aún lo harán o ya por fin lo han “abolido”. A mí es la segunda vez que me toca pasar por ello.
Te tumban en una cama que es incómodamente alta para una embarazada, joer que las pongan para la gente que no se tiene que levantar de la cama, digo yo… o no? Ya tumbadita, ves a la auxiliar venir hacia ti con una vacinilla, una esponja de esas que llevan jabón y una cuchilla de afeitar. Lo que oyes, ¿hay algo más denigrante que eso? Tu teniendo los dolores más y más seguidos y tienes que aguantar que una cincuentona te afeite el chichi. Si te digo yo que tengo ganado el cielo.....
¡Pero qu
e mona me han dejado!... Es una pena que con la barriga no alcance a ver la obra de arte, tengo que estar que te cagas de mona, por como pica, tiene que ser así.
Toca ahora un examen. Ya te puedes imaginar. Viene la matrona y te mete la mano hasta la garganta, vamos que si el niño no tiene ganas de nacer, ahora esta ya empujando con todas las ganas para que esa tia deje de apretar para adentro. Y algo me hace gracia mientras tengo la mano enguantada de la doctora dentro de mi chichi, que ya debe de haberse abierto como dos kilómetros, por lo que duele. Me hace gracia que siempre que te hacen un examen de esos, miran al techo, siempre. Hubo una vez en uno de los registros rutinarios que me tocó ser examinada por un alumno,
estudiante, o lo que fuera, yo solo se que el tío no sabia que hacer con mi asunto, bueno, la verdad es que eso no es la primera vez que me pasa, pero el pobre estaba un poquillo abrumado. De no ser por la seriedad del lugar, ese día que yo no sufría ningún dolor, me habría reído mucho. Pero este también miró al techo.
Pero ahora estamos con la matrona metida entre mis entretelas. ¿No va y me dice que al menos me quedan cuatro horas? ¡¡¡¡Venga ya!!!! No te lo crees ni tu, me digo por lo bajini. Por favor alguien en la sala que quiera pasar por esto? Yo me quiero morir, cuatro horas más, pero, por favor que llevo dos dias con sus noches ya…..
Pero bueno, no queda otra. Y ahora un registro rutinario. Para controlar las contracciones, si, la intensidad, pero como llevo tanto tiempo y tuve el problema de la tens
ión, sobre todo para controlar el latido del niño. Está hecho un jabato. Te ponen unos cinturones elásticos con unos…no se cómo llamarlos, son unos cuadrados de plastico negro, ponen uno a un lado que se supone que capta el latido y el otro en el contrario, más abajo, se supone que capta las contracciones del útero. Conectada a una máquina, oyes varios ruidos, pero el latido es inconfundible, rápido y seguro, pero debe de estar dormido, dice la doctora. Joer, ahora no te me duermas, niño, ahora no… tenemos trabajo que hacer!!!!!
Bueno tres cuartos de hora conectada y al fin me dejan salir de allí, dicen que pasear ayuda al trabajo del parto. Sí señor, lo llaman “trabajo del parto”. Pues yo me voy a hacer mi trabajo a la sala de espera, donde me esperan mi marido y mi madre. Te pones esos patucos de plástico, para terminar de estar bellísima, te calzas la bata
y ala, al recreo.
Un cigarrito, joer, no debería, pero me quedan cuatro horas casi y esto duele que no veas. Así que sí, un cigarrito. Estoy estupenda a pesar de todo. Recuerdo que nos estuvimos riendo con alguien que había en la sala de espera que también estaba de espera. Ya se quien es. Es la madre de una que adentro, está dando los gritos más odiosos que he oído nunca ,me daban ganas de ir a decirla, “tía, que nadie lo puede hacer por ti, calla y empuja, coño” me dijeron las enfermeras que estaba dilatada casi ya desde las siete de la tarde y ahora deben ser las doce y pico o la una de la madrugada.
Ya casi no puedo más. Ya los dolores son muy fuertes deben ser las cuatro ya. Ya siento
que tengo ganas de empujar, menos mal que me han dejado entrar y salir de allí, habría sido eterno. También hace una hora o así, me han hecho tomar una de mis pastis, porque claro, el trabajito tiene sus riesgos, así que estoy en una nube. No me he caído redonda como otras veces, pero estoy de un relajado que no veas. Me despido de mi madre y de mi marido, que ya llevan un buen rato diciéndome que entrase que era muy seguido y yo creo que van teniendo razón. Ahora entraré y como no he roto aguas aun, lo harán por mí con esa aguja blanca enorme y ¡no quiero! Pero tengo que entrar ya. Ya no aguanto más.
Me tumban, me examinan, por decimocuarta vez esta noche, y …uyyyyyy, pero niña!!!!si tienes ya la cabecita casi fuera, corre, al paritorio…y ahí va la eva, despatarrada, con pasitos cortos a hacer mió el paritorio, ese que tenia la colega que sig
ue chillando a las cuatro de la mañana preparado, se lo robo yo, y sino, que se hubiera puesto las pilas, yo ya casi estoyyyyy. En fin, con ese relax es más difícil aún subirse al “potro de tortura” pero lo hago, ahí estoy, subo un pie al estribo, la pierna izquierda y en ese momento… me viene una supercontracción de esas de cagarse viva y ufff, joer, con una pierna colgando, la derecha, es que no me ha dado tiempo, lo que se dice parir de medio empujón. No les ha dado tiempo a practicarme la ultima por humillación que es hacerme un pedazo de corte enorme ahí, si, ahí, para que en teoría salga mejor el niño y no desgarre el músculo. Pero de esa,… me libre. Ha sido fácil. Ya esta fuera mi niño, jajaja, se acaba de mear el jodio encima de la matrona, la está bien empleado, mira que decirle a la madre de la criatura que la va a costar cuatro horas? Estoy por decirla ahora que mire al reloj. Yo he mirado cuando ha nacido. Las cuatro y diez de la madrugada. 6 de noviembre. Me ha sobrado una hora. Si cuando se me mete algo en la cabeza…

Pues lo dicho, 6 de noviembre, a las cuatro y diez de la madrugada y tras mi odisea particular ha nacido mi niño, Javier, ahora con once años, un niño cariñoso, aunque con su carácter, normal, y que ahora está tumbado en el sofá viendo la tele y se ira a la cama pensando que el viernes tendrá la mejor fiesta de cumpleaños de su vida, porque tiene un montón de amigos. Pero…eso da para otra historia…para otra historia… tantos niños en mi casa…preparativos…gritos…vasos y bocatas…para esta también pediré…¡¡¡¡¡¡ANESTESIA, POR FAVOR!!!!!!

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