NOCHE DE RONDA (5)

Cruzar la discoteca no es tarea fácil, Rosita se resiste a seguir la línea recta. El trío Fama (Nati, Isabel y Pepi) sigue a lo suyo, les hago una señal inequívoca de despedida y las tías ni se inmutan, con ritmo y sin perder el paso levantan al unísono la mano y se contonean a lo goodbye my friend. De Sara solo acierto a intuir sus brazos lechosos, el canijo de las gafitas ha dejado los manoteos insensatos por unas maniobras orquestales en la oscuridad que son del completo agrado de mi amiga que no cesa de masajear su espalda de arriba abajo. A las SS ya ni me molesto en avisarlas, Rosita me pierde el equilibrio cada dos por tres y no es cuestión de dar un espectáculo innecesario.

Siento a mi amiga en las escaleras de la entrada y le pregunto al matón de la puerta de la disco por la posibilidad de disponer de un taxi. Nati y Susana han dejado el coche en una explanada cercana a la disco, Rosa no está para esperar mucho. Me estira una tarjeta blanca en la que hay un teléfono, llamo y un vozarrón desagradable, con tono de recién despertado, me advierte a gritos de que tardará un cuarto de hora como mínimo, me requiere el punto de destino y me amenaza con un precio que me parece abusivo...¡¡¡veinte euros por una mierda de carrera!!! Muchas ganas de trabajar no le veo al pájaro, ha hecho todo lo posible por disuadirme pero cuando no hay más tu tía, habrá que joderse.

- Puri, eres una tía cojonuda. Tú sí que has tenido suerte, qué crío más guapo que tienes...ser madre... yo siempre he querido ser madre...el problema es que o me intimido o nada de nada-sigue la tía con el lloriqueo alcohólico.

-Insemino, insemino...-le aclaro porque no puedo soportar escuchar una palabra mal dicha y no corregirla, herencia de una estricta educación de colegio de monjas.

- ¿Tú también, Puri...? Si tienes a Fernandito....¿para qué quieres inseminarte, hija mía? ¿Otro? ¿Quieres otro? Vas a tener un equipo de futbol, vida mía....

- No, Rosita, que se dice insemino no intimido....

- ¿Qué he dicho yo? Intimido...- se ríe como una posesa, a lo tonto, sin medida.

Ahora me entran los remordimientos. ¿Qué coño hago a estas horas con Rosita con un pedo como la catedral de Burgos en lugar de estar velando los sueños de mi gordito? Qué mala madre que eres Puri, golfa más que golfa. Pero... ¿no tengo derecho a divertirme? Si a mi madre le hace una ilusión enorme quedarse con Fernandito. La cosa es martirizarse, mea culpa, mea culpa....


- No tengo toda la noche para vosotras....¿ahuecamos el ala?- la voz viene dentro de un taxi.


Levanto a Rosita a duras penas y nos metemos en los asientos de atrás de un Renault Megane. Le recito la dirección al taxista, un calvito poquilla cosa que no para de rascarse la oreja como si tuviera garrapatas. Por la radio se escucha la Mari de Chambao cantando Déjame vivir. Ya me vale.


- Qué ....¿hemos chupao demasiado cristal esta noche, eh?- pregunta el calvorotas un poco impertinente.

- Sí, un poco...- responde Rosita un poco gangosa.

- Ya lo dice el refrán, hija mía- me pone de los nervios las confianzas que se toma este farfollas- Manolete....si no sabes beber pa que te metes....- suelta una carcajada de gilipollas como si tuviese alguna gracia la chorrada que acaba de soltar.

- Oye, simpático...¿cómo te llamas?- le replico con la adrenalina a punto de rebosar.

- Ignacio....Ignacio Sánchez Gonzalez...para servirla a usted y a la patria....-el conductor de primera acelera acelera se cree que está en el Club de la Comedia, no espera que le rían los chistes, se los ríe antes por si acaso.

- ¿Sabe usted una cosa?- empiezo a cargar la escopeta.

- No, yo no sé una cosa....¡¡yo sé muchas cosas!!- vuelve a reír y a rascarse la oreja, piojos no pueden ser porque no tiene ni un pelo de listo pero....¿sarna?

- Ignacio...querido....-tomo aire para no perder del todo los estribos, me conozco.

- Eh...si queréis cariño ya es otro precio....-mientras se ríe se le cae la babilla como un subnormal profundo.

- Eres un maleducado de cojones – le espeto con toda mi mala leche.

- No me digas, simpática...¿eso lo has pensado tu sóla o te ha ayudado la borracha esa de tu amiga?

- Puri...tengo ganas de vomitar- me dice Rosita que parece tener el don de la oportunidad.

Un frenazo del copón hace que casi nos dejemos los piños contra los reposacabezas delanteros. Se baja el tío como una mala bestia, abre la puerta de Rosa y la intenta sacar del coche con malas maneras.


- Fuera, fuera...lo que faltaba...que potes en mi coche nuevo....¡¡sal pa fuera, sal pa fuera ahora mismo!!


Yo estiro del brazo derecho de mi amiga y vuelve a sentarse

de un culetazo. El calvo vuelve a la carga y tira de Rosita otra vez, somos capaces de descoyuntarla tirando cada uno para nuestro lado. Me cago en toda la parentela del taxista a grito pelao pero el tío es más fuerte que yo y logra sacar a Rosa del vehículo, cuando mi amiga recupera la verticalidad coge carrerilla y le vomita en los tejanos.


- Jódete, bola de billar – le suelto riendo mientras el simpático es ahora el que no le hace la situación ni puñetera gracia.

El silencio de la noche devuelve el eco de nuestras risas. Recordando al taxista chupa-chup blasfemando en hebreo por el vomitado de Rosa nos entra un risa floja de esas que no se pueden parar ni que se te muera el canario.


- ¿Ahora quien me paga este estropicio?- imito al calvorota cuando se despedía de nosotras medio llorando.

- Santa Rita Rita Rita lo que se vomita no se quita..- la que imita ahora es mi amiga.- Mira que eres joía, Purita, ¡qué sangre fría tienes! El tiparraco fuera de sí y tú tienes los ovarios de soltarle lo de Santa Rita. No sé cómo no nos ha cruzado la cara....

- Vamos... le pego un punterón en los güivols que le corto el grifo para los siglos. Bien merecido se lo ha tenido el muy cateto. Por cierto, Rosita...¿queda mucho para tu casa?

- Diez minutillos más o menos... Si no me hubieran venidos esas arcadas pues ahora estaría roncando en mi camita... y tú con tu Fernandito...tan ricamente... Soy una desgraciada, siempre meto la pata...es que no sé...

- Stop. Basta, tía, de nada sirve lamentarse, tía...las cosas viene como vienen y esta noche habremos pisado mierda...

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