PAPITOS

Una de esas noches de viernes que viene uno derrotao del mundo, me estiro en el sofá y conecto la tele, esperando ver algo que me entretenga y me haga olvidar la semana, ¿qué serían? Las diez y algo. Hago zapping como un poseso y me quedo petrificado cuando veo a un niño sentao en el suelo que dice grito en cuello "So-y un hi-jo de pu-ta". Separando las sílabas para que suene más fuerte entoavía.
No se me ha revuelto todavía del to
do el estómago cuando veo a un tío de barba con calcetinillos blancos (intuyo que es su padre) sentado en el suelo con el bárbaro de antes, parecen que están jugando con los playmobils, tierna escena hasta que el niño coge un rebote de narices, se levanta como un vendaval y le dice al de los calcetines blancos "No sabes jugar, gilipollas".
Qué inicio de película, el Spielberg no la supera, fijo. Y luego una tierna escena del niño en la bañera cubierto de espuma con un barco pirata y sin venir a cuento suelta otra vez "Hijo de putaaaaaaa". La madre explica lo que le pasa a la criatura como quien explica la receta del gazpacho. "El chiquillo para comer
es muy malo". Y tan malo...se pega un paseo por el salón chillando "Inútilesssss", dirigido a sus progenitores. Cuando el crío decide sentarse en la mesa espeta "Eres una puta" a su mamaíta que empieza a perder la paciencia pero incomprensiblemente no le cruza la cara que es lo que quiero hacer yo desde que me he sentado en el sofá.
No, la violencia está muy mal, mejor agotar las vías del diálogo. Pero es que Miguelito, así se llama el energúmeno de cuatro años, me está sacando de quicio y no me toca nada, imagínate si fuese mi hijo.
La ley de Murphy sigue en vigor, cuando las cosas iban mal, todavía pueden ir peor, el cándido infante, después de insultar de nuevo a su padre le escupe a su mamá que se que
da de piedra. "Sí, sólo tengo uno, pero es que vale por tres" Y se ríe como una gilipollas. "Ya sé, alguna vez le he retirado la comida, pero cuando me viene achuchando le vuelvo a hacer lo que quiere".
Este programa me está afectando todo el sistema neurológico. Se me está subiendo la bilirrubina, relajando los esfínteres, estallando las células de la sensatez. No puedo, me estoy poniendo muy malo. En prime time nos muestran como si tal cosa cómo se construye un monstruo, y no de plástico, no, de ca
rne y hueso.
Menos mal que aparece una señorita muy modosita ella, Supernnany??, me suena a heroina de cómic, que sienta a los dos patanes de padres en una mesa (bonito mantel de flores) y les hace una charlita sobre su hijo Miguel.
Moraleja: el
niño es muy exigente (olé su capacidad de observación) y busca de ellos que le presten atención (olé la lógica). El padre le confiesa que la frase preferida del niño es : "Aquí mando yo".
La señorita Rottenmeier en versión Quatro se pone mano a la obra y le explica al pequeño salvaje que tiene que aprender a comportarse. "No quiero aprender, coño". No esperaba menos de la criatura. El gancho: "¿ A ti te gustaría ir al zoo con papá y mamá?" Por fin entiendo a esta mujer, lo que quiere es encerrarlos a los tres donde no habían tenido que salir. No, no...es un estímu
lo. Les saca a los padres una cartulina rosa (qué maja) donde hay cuatro columnas, cada vez que el niño haga algo bien se le da un cacahuete (una cruz) y cuando tenga unos cuantos podrá ir al zoo. Pero el niño no cede, cuando la Supernany está tomando café le dice a su madre. "Quiero café, idiota". Ya estamos. Lo dejan por imposible y el niño, claro, si no le haces caso, pues a dar por saco, coge la cartulina rosa y la hace trizas. ¡Normas a mí! Una voz en off dice que el niño tiene que aprender que "los actos tienes consecuencias". Vamos bien. El niño pasa un huevo de las cantinelas de sus padres, muy razonable dice la terapeuta "no quiere renunciar a los beneficios que tenía". Moraleja: el niño es más listo que el hambre. Como empieza a ver firmeza en su entorno el tío empieza a entrar por el aro, se baña solo, se pone el pijama también solito. Y claro, como le habían prometido zoo empieza a gustarle el sistema de la cartulina rosa. Se pone más contento que unas pascuas porque coloca los primeros puntos en el casillero.Yupiiiii!!!! Pero siempre hay recaídas, al día siguiente, la Supernany le pregunta todo cortesía: ¿Qué Pokemon te gusta más? Y el angelito le suelta: "Cállate, asquerosa". Moraleja: las cosas de palacio, van despacio. No se educa de un día para otro. Le piden ir al baño y dice que quiere ver Spidermmaaaaaannnnn!!!! Hija puta, eso se lo dirige a su mamá.
Pero la emoción del programa sigue. La Supernnay avisa a los papás que se pira y que ahora les toca a ellos lidiar sólos con el Mihura. Es la prueba de fuego. Y Miguelito se luce, cuando se ve libre de aquella bruja que le pone normas, se crece, le piden que se lave las manos y deje de jugar para ir a cenar y ni corto ni perezoso le pega un viaje a la tele que la deja temblando. La madre se le escapa un grito aunque le había dicho la jefa que nada de exabruptos. Pero es que lo papaitos son humanos y sufren por los mil euros que le ha costado la caja tonta. La mamá va a apuntar el punto negativo en una libretita y el niño tiembla..."No, mamá, por favor". Ya ha aprendido que "las acciones tienen consecuencias". ¡¡¡Viva la educación!!!
Y conforme avanza el programa y Miguelito va entrando en verea, encuentro la explicación a toda aquella sinrazón, la suelta el padre como si tal cosa: "No, si yo sé que cada crío tiene lo que tiene, pero que gran parte de sus actitudes son culpa nuestra".
Ha merecido la pena, aunque he tenido un nudo en el estómago durante toda la noche, ahora, ya puedo dormir tranquilo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

YO NO LO VI...PERO HE ESCUCHADO ALGUNOS FRAGMENTOS EN LA RADIO...QUE FUERTE! DIOS! CON 4 AÑOS...PARECIA QUE ESTABA POSEIDO...YO TAMBIEN ALUCINE ESCUCHANDOLO...

Anónimo dijo...

Hay un programa que suelo ver en un canal de cable donde van niñeras a una casa familiar a enseñar o guiar a los padres un poco cuando hay pequeños tan..tann..en fin como estos..en fin uno se queja cuando el crio de una hace un poco de berrinche pero cuando ve esto por tv.no lo puede creer...a ver no estoy de acuerdo con los bifes que solian repartir nuestros abuelos a nuestros padres..por ende fuimos una generacion de padres que nos criaron como los criaron sus padres o..bien al reves ,ejemplo,la pediatra me dijo que no le haga chacha en la colita cuando hace algo mal sino un abrazo y explicarle..en fin..el abraaaaazoooo...aynsssssssss!!!si fuera tan facil...mejor el metodo suavizado de mis antepasados,un no fuerte,rotundo,con una cara que te voy a comer entero/a y si asi no hiciera caso,una penitencia..no mirar television...que es lo que mas le duele a los chicos de ahora igual que ni un dedo en el teclado de la compu....y si eso no sucede.bueno no hay mas remedio que la medicina de la abuela..un bife y se acabo!!!que tanto lio!!!!...me equivoco?(un detalle fijarse los hijos de los sicologos,siquiatras,policias,pediatras etce,etce....son los peores!!!!!

laura dijo...

Yo me acuerdo perfectamente, mi primera palabrota, y lo recuerdo por que me lavaron la lengua con "mistol" despues de aquello me asocie al "cachis y jopelines" jajajajaja , de mayor ya es otra cosa, pero dile a mi madre con seis años que no quieres hacer una cosa "hostias"

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