Estoy derrotá. ¡¡¡Por Dios, me duelen hasta las pestañas!!! La culpa fue del botón de los pantalones negros. Ya noté que costaba de abrocharlo, pero el acabóse fue cuando saltó como un condenao cuando me senté a tomarme el cafelillo de media mañana. Fue una señal. La puntilla me la dio mi querida mamá, no hay más que una, pero si fuera muda ganaríamos mogollón: “¿te has engordado una mijita, no?”
“No, no, estoy igual, debe ser esta camisa que es holgada”. Entonces se pone las pilas el coco y no le cabe otra idea que la de pensar que estás perdiendo la línea, ¡¡¡qué forma de obsesionarse!!! El espejo se convierte en el lugar más visitado de la casa. Te miras del derecho y del revés, con menos luz y con más, pero el michelín cabronazo sigue ahí.
Empiezas por cenar fruta, no comer pan en el desayuno, quitarte la condenada galleta de chocolate de después del cortado, los churros del domingo, la mahonesa de la carne. Pero...ni por esas...sigue ahí, se resiste a desaparecer, para más INRI empiezas a darte cuenta que no es sólo el maldito bultillo, no, es que además te encuentras fofa, floja, desparramá.... ¡¡¡Me cago en san Apapurcio!! Hay que tomar una decisión, por mucho que te resistas serás una víctima más de la OPERACIÓN BIKINI.
Me apunté al gimnasio de cerca de casa. Primer palo, como están al loro de que la peña, llegadas estas fechas, les entra el hale hale por ponerse en condiciones para lucir tipito en la playa, te chascan 80 euros de matrícula. Aparte te cobran las mensualidades (36 leiros) y luego las opcionales. ¿Qué? Ay, querida, me cae un chorreo de palabrotas que no había sentido en mi puta vida: Aeróbic, Pilates (¿éste no se cargó a Jesús?), Spinning, Step, Yoga, Tonificación, Body Pump....joder, la secretaria del gimnasio me pone la cabeza como un bombo. Le digo que ya me decidiré más adelante. Pero me insiste y me regala una clase de spinning para que pique.
Rebusco por el armario y ná de ná. La última vez que me puse un traje de deporte creo que fue en las monjas. A comprarme unos pantaloncitos (muy ceñidos los veo, pero si son la moda, habrá que joderse) y una camisetilla entallada (michelín por el lateral), y unas bambas que me explican que las han fabricado técnicos de la NASA, especialistas en aerodinámica (menudo trolón, lo que hacen por vender estos dependientes).
Me paso la tarde con unos nervios....el estreno me trae a mal traer, bueno, en fin, le dejo Fernandito a la Fefi y me piro a ponerme en forma. Entro en el vestuario y con más miedo que vergüenza me despeloto. Joder, si yo tuviera el cuerpo de la vecina de la izquierda, me daba un paseo en pelotas por todo el vestuario, ¡¡¡qué fideo!!! Cómo cohones puede tener esa barriguita plana, daría el meñique por marcar pelvis como la rubia teñida. Puri, no te vengas abajo, tú tienes tus encantos, a los tíos les gusta la chicha (¿si?), clavarse las clavículas las da grima (¿sí?), además lo importante es el interior (no, no y no...¡¡¡ un huevo de pato!!!).
Cuando estoy uniformada me introduzco en el templo de los cuerpos danone. Bueno, hay de todo como en la viña del Señor. Me coloco en las espalderas y hago algún ejercicio de despiste pero en el fondo lo que me pica de verdad es el chafardeo. Voy viendo los grupitos y están bien definidos.
Los machacas. Al fondo y a la derecha (no, no es el lavabo), son los levantadores de pesas. Llevan unos cinturones para no herniarse, tienen en común que les ha desaparecido el cuello, se les junta el perolo con el pecho y son un contínuo de masa muscular. Dan miedo, yo por si acaso no me acerco. Resoplan, se miran con cara de malas pulgas, levantan discos de hierro como el que se rasca la oreja.
El Inserso. Un par de abueletes dan pedaladas en la bici estática y se cuentan la batalla del Ebro, en la cinta dos viejecitas, recién salidas de la pelu, ríen sin parar, ejercicio lo hacen con la mandíbulas porque por lo demás, poquito.
La niña bonita. Mírala, la cabrona del vestuario se ha colocado en una máquina que tiene que bajar y subir el tórax y deja todo el pompis en exhibición. A su alrededor, discretamente, tres o cuatro machitos babean excitados, ella se hace la desentendida pero a mí no me engaña, la tía los está poniendo cachondos a propósito, es más, le suda el sobaco la forma física, es una exhibicionista, una stripper en potencia y aunque está más buena que el pan tiene que tener algún defecto, seguro que es rencorosa o no reza por las noches o le huelen los pies. Algo tendrá....a la que rascas, estas tías salen rana.
Los metrosexuales. Entran repeinaos, con unos pantaloncillos playeros y una camiseta sin mangas arrapada a las tabletitas. Gomina hasta en los pelos de las espinillas. Chulitos piscinas, sobraos, dicharacheros, cascan sin parar, se hacen bromas infantiles, se ríen como hipopótamos y miran a todo el resto de faunas del gimnasio por encima del hombro. Miran el culo de la rubia como si tal cosa, ellos son tan guapos que no caen en las tentaciones del resto de los mortales. Tatuajes por brazos y piernas con dibujos de dudoso gusto y algún piercing en la napia o en la oreja o en la ceja o en la punta del...bueno, ahora no viene a cuento, que me voy por las ramas.
Me meto en la clase de spinning. La profe pone la música a toda pastilla y empezamos a pedalear que parecemos Indurain. Joé, tías, que manera de sudar, a mí me entra la taquicardia, como que no estoy acostumbrada a estas tundas. Arribaaaaaa......abajo.....estático.....manos en el manillar, vamoosssss, sufriendooooo, no nos guardamosssss nada... Para haberme matao. ¡¡¡¡Qué locura!!!! A media clase me bajo de la bici, tengo la cara como un tomate y las pulsaciones aceleradas. Me voy para casa arrastrando los pies. No puedo con mi alma, qué cansao que es esto de la operación bikini.
Purita, la curva es bella....o que le den por saco a todo.
1 comentarios:
jajajaja.......es verdad todo lo que cuenta Puri....mi operación bikini empezó hace dos meses y me va genial...aunque yo no voy al gim...me lo curro en dos máquinas que tengo arriba en las golfas...jejejeje,pero en los gimnasios hay toda esa fauna de la que habla...y la odiosa macizorra también....y vayas a la hora que vayas...siempre está y las comparaciones son odiosas...jejejeje,genial,me he reído mucho...
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