RECETAS PARA LA CRISIS (y 10)

Me meto en el ascensor y aún nerviosa saco el refranero de mi abuela, siempre me he servido. Agua que no has de beber, déjala correr. ¿Era así, verdad?

Dos días más en este antro y me sale una úlcera duodenal. ¡Qué gente! Un jefe baboso regordete y acosador, una repipi estúpida y resabiada, maleducada y malfollada. Un florero que está en la entrada porque tiene que haber de todo en este mundo ¡¡ Arrivederci ¡!! ¡¡ Me las piro con viento fresco!! ¡¡Ya habéis visto bastante a la Purita, cabronas!!

Todas las cosas tienen su cara y su cruz. ¡Vaya cruz! Manolo se le pondrá una sonrisa de oreja a oreja cuando tenga noticias de mi estrepitoso fracaso laboral. Como si lo estuviera viendo. Lo peor, como si lo estuviese oyendo...claro, Puri, como tienes la piel tan sensible....como no sabes aguantar nada.....como te crees que todo el monte es orégano (otra expresión de mi agüelica)... Primera parte del castigo. Si tu hubieses tenido que hacer como yo....las veces que yo tuve que....no sabes tú cuando yo....Bla bla bla, toma matraca... Me suda los sobacos la bulla de mi ex, paso de sermones. Por no oírlo, no me quedo yo en este infierno aguantando carros y carretas.¡Faltaba plus!

Y ya que estoy repartiendo para todo el mundo...a María José ... mi amiga de la ETT...¡¡que la folle un pez también!! De acuerdo, me buscó un curro pero salió rana y cuando se lo explico me escucha igual que si oyese una piedra. ¡Al carajo! Purita no se arrastra por nada ni por nadie, ni por un puñao de miserables euros, la situación no es tan desesperada, tengo ahorrillos y el alquiler que me pasan por el local que compré con los réditos de mi periplo por la tele y el famoseo es un buen colchón de seguridad. Tranqui, Purita, el mundo no se acaba en esta escoria de oficinucha.

Son las cinco de la tarde y no pienso volver a casa. Me pego un garbeo por las tiendas del centro. Rebajas. Milagrosa palabra. Te cagas encima. De 24 euros a 22, 90. Joé, se habrá arruinado el sector. Éstas iban a ser las rebajas del siglos, con lo de la crisis iban a tirar la casa por la ventana...¡¡un huevo de pato!!

TODO A 3 euros .....rebusco en una montaña de tangas muy monos y cuando voy a pagar valen 7 euros. No puede ser le suelto a la dependienta, ¿cómo? Si ponía...No, señora, DESDE....me cago en la palabreja. Una miserable estafa. Se necesita una lupa para ver el maldito desde. Que le den por culo al tanga...que se lo ponga su fruta madre DESDE que lo dejado en el montón.


- Purita, ¿ande vas, maruja?

- ¡¡Botijo!!

- ¿Cómo te acuerdas, condená?

- Era tu mote de guerra.

- Con las caderas que tenía, estaba bastante bien puesto.


Hace una eternidad que no coincido con Botijo. Perdón, perdón...soy una mal educada, su nombre es Manolita. Manuela Artacho. Coincidimos en el cole. Tenía unas cartucheras que cabía todo el armamento de la primera, de la segunda y si se ponen las cosas feas...de la tercera guerra mundial. ¡¡Qué cularro!! Cuando te cruzabas por el pasillo con ella había que ajustarse a la pared porque te rebañaba seguro. Era una rebelde de cojones. Le plantaba cara a los profes que te cagas. No se cortaba.

- El otro día ya “acabemos” el tema, ¿verdad, don Mario?

- Amos, Manolita, Amos.

- ¿Adónde?

Y una jartá de reir de toda la clase. Ella era así, bruta, espontánea, aquí te pillo y aquí te mato. Una niña de armas tomar, de las que ahora seguro que mandaban al psicólogo por hiperactiva o por trastornos de personalidad o por cualquier chorrada de esas de niñas modernas, entonces, como mucho, la llevaban al despacho de la directora que le pegaba un repaso cada dos por tres para ponerla un día en vereda porque luego se descarriaba como si nada.

- Don Carlos, usted sabe mucho de Matemáticas, ¿verdad?- menuda preguntita si el que la recibía era el profe de Mates, como para decir que no.

- Sí, hija mía, llevo toda la vida entre números- el venerable maestro preparaba el cuerpo para el ataque de la alumna más descerebrada del cole.

- Usted seguro que lo sabe.

- ¿El qué, hija? Pregunta de una vez, no tenemos todo el tiempo del mundo, las ecuaciones están esperando, maja.

- Lo que mide la regla.

- ¿Cómo? ¿Cuánto mide la regla? ¡Cáspita! Pues no sé...vaya preguntita...pues hay de 40 centímetros...de un metro...

- No, si yo me refiero a la que tienen las mujeres cada mes.

- ¿Me estás tomando el pelo, condenada?

- No puede ser don Carlos, está más calvo que una bola de billar.

Ella era cerril de narices, pero sus padres parecían sacados del museo del terror. Cuando venían a buscarla a la salida cole era un espectáculo, venían en un furgoneta que era una carraca. Si se bajaba la madre (120 kilos por lo bajito), el vehículo se volcaba para el lado del conductor, si era el padre (otros tantos kilitos), para el lado del acompañante. Si se subía Manolita, las ruedas sufrían de lo lindo.

- ¿Qué es de tu vida, Purita?

- Tienes un par de horas para que te la explique.

- Exagerá....¿un cafetillo?

- Vamos.

Un par de cafés por mi parte y dos chocolates con sus correspondientes churritos por la suya (quién tuvo, retuvo y guardó para la vejez, olé por mi agüela) fueron suficientes para ponerla al día de mis andanzas. Lo último que le expliqué fue el show de la oficina. Manolita se descojonaba como una condenada, le babeaba el chocolate por la mandíbula.

- Tía, qué espectáculo...y el tío chorreando de sangre, el florero desmayado en el suelo y la refifi vomitándole encima. Para haber tenido una cámara de video y haberlo grabao, luego lo mandas a la tele y te forras.

- No estaba yo para grabar demasiado.

- Lástima que el tío no tuviera un polvo...

- ¡¡Manolita!!

- ¿Qué pasa, Puri? Si te ligas al jefe luego eres tú la jefa...

- Yo creo que eso no va así.

- Ay, bendita...tienes menos tiros daos...Por cierto...¿tú quieres trabajar?

- Joder, Manolita, la pregunta ofende.

- En mi fábrica echaron el jueves a una que siempre llegaba tarde.

- ¿Fábrica? ¿De qué va el trabajo?

- Curro en una línea de fabricación de productos de cosmética. De 7 de la mañana a 3 de la tarde. Mil cien euritos, ¿hace? Ná... ponerles el sellito, meterlos en su

cajita. No hay que ser ingeniera...¡¡¡estoy yo!!!



Purita, otro refrán de la agüelica...Dios aprieta, pero no ahoga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ays,la Puri que graciosa,es que es buena gente,por eso al final,tiene suerte..
Voy a salir a la calle ahora mismito,a ver si me encuentro yo a una vieja compañera del "cole"..que si señor!!que Dios apreta,pero no ahoga!! (aunque a veces lleguemos a ponernos de color morao,de tanto apretar el condenao)
Muacks.

Anónimo dijo...

crisis? what crisis estupendo album de supertramp.. como muestra foto de portada

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